Una transitoria temporada 1980/81 en la categoría de plata, con la presencia de Abdallah Ben Barek en el banquillo malaguista, supondría la puesta de los cimientos de lo que se avecinaría más adelante. Lo que siguió a continuación de esa misma década, con juntas directivas presididas por José Ibáñez Narváez primero y Federico Brinkmann después, fue una pobre actuación del equipo malaguista que ya había dejado atrás lo conocido popularmente como el quinquenio de oro, con un par de ascensos a la máxima categoría en 1976 y 1979 (este último logrado con el regreso de Viberti, equipacion seleccion española que ocupó el banquillo en tándem con su antaño entrenador Jenő Kálmár) que acabaron en sendos regresos inmediatos a segunda división en 1977 y 1980 tras dos desastrosas temporadas en las que el equipo finalizó en ambos casos como colista de la categoría.